En base a ideas erróneas de lo que debe ser el amor, creemos que una relación de pareja debe estar ausente de conflictos y eso es imposible. Convivir con alguien, sea pareja o no, significa encontrar conflictos en el modo de hacer las cosas, en las costumbres... sin embargo, hay personas que frente a esos conflictos reacciona violentamente y trata de controlar todo con gritos, insultos, órdenes desorbitadas... mientras no levante la mano, estos gritos no deben ser un freno a tus decisiones.
Las amenazas, los reproches, los insultos, las prohibiciones y los gritos sólo son palabras y contra las palabras, la mejor manera de afrontarlas es la decisión firme de hacer lo que uno tiene que hacer sin temer esas palabras.
Cuando quieras hacer algo y la persona que tienes al lado te prohíbe hacerlo, hazlo. Si te cuesta mucho, empieza con las cosas que te cuestan poco y ve entrenando tu rebeldía.
Porque tenemos derecho a decidir lo que queremos en nuestra vida y nadie debe decidir por nosotros.
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