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Lo mejor está por llegar

miércoles, septiembre 20, 2006

el maltrato socioeconómico.

Hay actitudes sutiles que hasta hace muy poco no se consideraban maltrato, sin embargo afectan gravemente a la libertad de las personas que lo padecen y por eso puede denominarse como una forma más de maltrato.

Quizá el término que he elegido para denominar este tipo de maltrato no sea el más adecuado. Desconozco si existe un término tipificado para denominarlo y si en un futuro encuentro dicho término lo añadiré en esta blog para aclararlo.

Lo he denominado socioeconómico y puede darse conjuntamente o por separado, es decir puede darse el maltrato social a la vez que el económico o uno de los dos sin que se producta el otro.

Por maltrato social me refiero a aquellos cónyuges que impiden que sus parejas puedan relacionarse con otras personas. En la mayoría de las ocasiones, puede tratarse de un impedimento con un criterio de género, es decir, no quieren que sus parejas se relacionen con personas del sexo contrario. Hay personas que destruyen antiguas amistades de su cónyuge con la excusa de que, de repente, son algo más que amigos cuando siempre han sido sólo amigos.

Pero hay hombres y mujeres que impiden mediante broncas, llantos, chantajes emocionales y otras técnicas que sus parejas se relacionen con personas muy cercanas. Conozco el caso de un hombre que ha estado sin ver a sus hijos durante años porque su esposa impedía mediante estos actos de violencia que se relacionara con ellos. No me parece un caso menos cruel que el de un hombre que abofetea a una mujer. Este señor del que hablo llamaba en secreto por teléfono y aún hoy se cita a escondidas con sus hijos. Semejante aberración atenta contra la libertad y ni siquiera puede llamarse egoímo. Es pura crueldad.

El maltrato económico no es menos dañino. En la mayoría de las ocasiones lo ejercen hombres mayores porque no hace muchos años, la mujer estaba imposibilitada por ley para gestionar por ella misma su patrimonio. Necesitaba autorización del marido incluso para trabajar, para abrir una cuenta bancaria y para otras cuestiones económicas.

Ese maltrato que la sociedad cometía con las mujeres impidiendo que ellas pudieran tomar las riendas de su vida lo han heredado las personas mayores y aquellas mujeres que todavía viven un régimen político que ya ha desaparecido, siguen sin poder manejar sus propiedades económicas. Con frecuencia los hombres hacen y deshacen en las cuentas de su mujer y cuando un empleado de banca necesita autorización o firma de la mujer para una operación bancaria, el hombre actúa irritado pensando que se está vulnerando su derecho como esposo a tomar decisiones por su mujer.

Esto no quiere decir que, por comodidad, conocimientos económicos más precisos o confianza, la mujer no pueda dejar a su marido la gestión de la economía pero siempre que sea consentido y respetando siempre la libertad de la mujer de tomar las riendas de su economía cuando ella lo estime oportuno. Es recomendable, no obstante que aprendamos las cuestiones bancarias básicas para que nadie gestione lo que tanto nos cuesta ganar.

Sin embargo, es sin duda una cuestión de maltrato aquél, hombre o mujer que toma decisiones por su cónyuge sobre un tema tan importante como es su libertad económica con objeto de dominarle e impedirle la independencia en momentos de conflicto. Estoy segura que quien se asegura la pobreza o dependencia de su pareja en el terreno económico, también lo está propiciando en otros terrenos.

Aprovechando este tema, indico que trabajo en un banco. Si alguna mujer cree que puede estar sufriendo un maltrato económico puede pedirme consejo en esta dirección: anails@wanadoo.es

1 comentario:

  1. Anónimo8:28 a. m.

    He querido publicar algo como esto en mi sitio web y esto me dio una idea. Saludos.

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