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Lo mejor está por llegar

viernes, agosto 27, 2010

Los hombres que manejaban las cuentas de sus mujeres


Antes, en España, una mujer no podía ser titular de nada. Todo lo que recibía el padre pasaba a las manos del marido o del hermano. Si esa mujer vivía con un hombre bueno, entonces no ser poseedora no era un problema. Era feliz, no tenía preocuparse de los asuntos terrenales, no tenía que hacer una declaración... ¿qué más se le podía pedir a la vida? Su gestor económico era la persona que amaba.

En cambio, si su vida era infeliz al lado de ese gestor económico en el que se convertía su marido, esa mujer jamás podría salir de la cárcel de la infelicidad porque no tenía donde ir, no tenía ingresos, no tenía propiedades... ¡cuántas tropelías se habrán cometido por ese motivo!

La libertad es una responsabilidad y las mujeres debemos adquirir el paquete completo: tenemos que aprender a conocer los productos financieros, a hacer la declaración de Hacienda o al menos a saber cómo se pide un borrador.... es la única forma en la que podemos evitar que un hombre tome decisiones por nosotros.

Que un hombre tome decisiones por nosotros, no es malo, aunque parezca totalmente contradictorio con lo que acabo de decir. Hay empresas que delegan en un departamento especializado las tareas contables.

Sin embargo, esta blog habla del maltrato y los hombres que no deben tener nunca en sus manos nuestras cartillas, son los maltratadores.

Las tienen, a pesar de todo, y no lo recrimino porque las tienen porque nos las exigen y por miedo se las cedemos, pero hay una diferencia muy importante entre saber hasta qué punto ese hombre está vulnerando tus derechos y no saber nada de nada.

Si tú no tienes nada que arriesgar, porque te casaste sin propiedades y no tienes dinero porque no te deja trabajar, aún así sigue siendo importante saber porque la indefensión puede convertirte en una deudora en el futuro sin haberlo elegido.

Los hombres buenos que manejan las cuentas de sus mujeres, procuran cuidarles su patrimonio y protegerles para que no les pase nada el día de mañana cuando ellos falten. Abren planes de pensiones para sus amadas, miran día a día sus cartillas, pelean por sus intereses, velan por ellas.

En cambio, los hombre malos que manejan las cuentas de sus mujeres, tienen como objetivo que éstas no puedan escapar de la esclavitud en que se hayan sometidas. No quieren que tengas dinero para que no puedas permitirte el lujo de alquilar una pensión si decides huir.

Controlarán tus cuentas, te harán la declaración de la renta y así sabrán si tienes abierta una cuenta secreta en el banco. Si compráis una casa, la pondrán a su nombre o con un porcentaje desequilibrado y si protestas, te llamarán idiota porque, como no sabes, te dirán que lo hacen por tu bien cuando no es por tu bien. Harán separación de bienes el día de la boda. Te meterán en préstamos que no podrás pagar. Comprarán a su antojo mientras tú apenas te sostienes. Algunos te vigilarán el monedero para que no lleves mucho y los hay que encima te exigen que no pongas la lavadora porque gastas agua o que te duches con agua fría para no gastar butano o que leas con una vela para no gastar luz. Hay extremos tan ruines como pueda imaginar tu mente.

Busca en internet, hay millones de páginas donde se exhibe información gratuita sobre tus derechos. No pares hasta tener toda la información necesaria de todo aquello que sospeches que no funciona. Si necesitas una aliada, ya sabes que puedes contar conmigo. Nada me gustaría más que verte como yo: feliz y libre con un pasado de maltrato que está cerrado para siempre. Si yo lo he conseguido tú también puedes.

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