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Lo mejor está por llegar

viernes, mayo 18, 2012

La palabra "restitución"


Hace unas semanas recibí un correo de una compañera de viaje que había sido valiente y había denunciado a su pareja. Tenía tanto interés por saber casos particulares que decidí publicar su historia personal en el artículo ¡Corred, gacelas!” especialmente en este tema de las denuncias ya que mi experiencia y conocimientos justo en el tema legal son muy limitados. Como respuesta al artículo, recibí un correo de otra compañera de viaje que quiso complementar la información y que me ha hecho reflexionar.

En mi artículo anterior, mostré la historia para arremeter contra las instituciones que se hinchan el pecho para hablar de lo bien que lo hacen y que luego dan resultados tan pobres como la sentencia que narraba la compañera de viaje. Sin embargo, no resalté el hecho de que, aunque así sea, aunque las instituciones no entiendan el proceso y actúen a ciegas por falta de comprensión, el acto de denunciar tiene un valor incalculable que esta compañera de viaje resalta en su mail. Aunque sólo pague 300 euros por un daño de valor incalculable, es verdad que en su próxima denuncia ya no habrá dudas de lo que es, gracias a que alguien fue valiente:

“Buenas Ana Isabel:

Gracias por transcribir la carta de esta gacela y tratar de ayudar a mantenerse fuertes a las demás: a las que están prisioneras y las que no estando ya, siguen sin superar sus propias barreras, que son las más profundas y difíciles de erradicar.

Si me permites te daré mi opinión o la opinión que me gustaría trasmitirle a esta mujer. Y es que denunciar siempre merece la pena (…).”

En el artículo de referencia, la gacela contaba que el resultado de la denuncia no fue muy justo pero esta gacela nos invita a valorar algo que es tanto o más importante que el resultado de la sentencia y es que sea reconocido públicamente el daño:

“(…)Esta claro que denunciar supone un trabajo y un esfuerzo adicional a veces muy duro y casi siempre muy largo en el tiempo que nos complica la vida y nos pone más difícil si cabe la autorecuperación, pero más allá de lo que dictamine el juez, y más allá de lo que la ejecutoria finalmente resuma en la sentencia, existe el valor del reconocimiento de la verdad, de los hechos acaecidos y el estigma penal de su culpabilidad, tanto si se arrepiente de verdad, como si no. Ese estigma no lo va a poder borrar y consta para siempre, qué actos cometió(…).”

La gacela de este correo sugiere que el resultado de la denuncia pudo deberse al hecho de que se denunció un caso aislado en vez de plantearse maltrato continuado.

(…)está claro que la ley aún está en pañales y tiene demasiadas lagunas cuyas consecuencia son, las muertes de las futuras parejas de estos leones, pero querida amiga, aún así, más ocurrirá si no hacemos nada y nos vamos con las orejas agachadas como si las indignas fuéramos nosotras, o como si hubiese sido una separación normal.

La verdad se ha de saber, pese a quien pese y la propia verdad hará justicia a su tiempo. Recordad que el silencio de la gacela es el poder del león. Te lo debes a ti misma, y aunque sea duro, es simplemente, lo que sabes que debes hacer.

Quede claro que respeto a quien no denuncie, pero una vez hecho, tienes que ser valiente y saber que todo lo que haces, vale la pena. (…)

Esta gacela nos anima con esta pregunta:

(…)Internamente, ¿crees que lo que ha hecho, no merece una lección?
Ahí dejo esa cuestión, para quien esté dispuesta a preguntárselo.
Un saludo.”

Existe una palabra, cuando hablamos de justicia, que me encanta y es la palabra “restitución”. Realmente, cuando a una persona sana le hacen daño, su mayor deseo no es imprimir daño sino que su dolor sea restituido, que quien hizo, deshaga. En una relación de “estado de fuga”, como yo la llamo, raramente se  produce esa restitución.  A veces nos conformaríamos, simplemente con que nuestro león reconociera lo que ha hecho pero eso es un sueño que nunca viene. 

Estas dos gacelas valientes, compañeras de viaje, mis maestras, dignas de mi admiración, buscaron la restitución pública e independientemente de los resultados, hemos de reconocer que, al menos en nuestro país no se nos envía a casa  con frases hirientes tales como “si te ha pegado, algo habrás hecho” como ocurre en otros países.

Lo que hacen los leones, por supuesto, sin lugar a dudas, merece una lección. A lo mejor la lección judicial difiere de la lección que nosotros consideramos adecuada pero, como dice esta gacela, siempre merece la pena porque, si en el futuro, el león es denunciado por otra gacela, cargará en sus espaldas con algo que la justicia considera para tomar sus decisiones: los antecedentes.

¡Antecedentes!

Fuente de la foto
Por eso, aunque no os sintáis restituidas por el resultado del gran esfuerzo que supone denunciar, sabed que habéis hecho un gran trabajo cargando sobre las espaldas de vuestro león la señal de que lo es. Modifico ahora mi consejo del artículo anterior:

¡Corred gacelas! Y cuando estéis a salvo… ¡cargad sobre las espaldas de vuestros leones un saco de antecedentes! 

Si la justicia no nos restituye, el tiempo lo hará. 

9 comentarios:

  1. Hola Ana, un poco de casualidad he encontrado un enlace donde se habla de la manipulación. Es posible que sea de ayuda :)

    Ahí te lo dejo:

    http://www.apsique.com/wiki/EnsayosManipuladoresCotidianos

    Jennifer

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  2. Muchas gracias, Jennifer, toda la información siempre es de ayuda. Gracias de veras.

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  3. Anónimo11:14 a. m.

    Hola Anais,

    Hsce un tiempo, al poco de nacer mi hija contacté contigo por mail pues me encontraba muy mal. Ahora vuelvo a hacerlo porque me siento peor... Ahora no sólo soy yo la q vivo en un infierno, ahora lo hace mi hija de un año. Y me siento peor porque ahora sí soy culpable de haberla traido a un infierno.
    Todos los días me hago 150 kms. para ir y venir de mi trabajo y no pasa un solo día en el q no me plantee no girar en una curva y acabar con todo.
    Por qué no soy capaz de hacerlo? La visa que le voy a dar a mi hija es de gritos y desprecios (no insultos, nunca una palabra malsonante). Faltas de respeto, acusaciones de ser mala madre por trabajar, de ser débil por tener anemia, quejas por no tener la suerte que tienen sus amigos con mujeres que trabajan, cuidan a los hijos en exclusividad, así como de la casa, y les cuidan como debe ber... Me siento una mierda Lo siento pero no quería molestarte de nuevo

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  4. Anónimo2:31 p. m.

    Acabo de hablar con él. Casi siempre despues de un fin de semana horrible de desprecios; cuando llega el momento de descansar el domingo acepta hablar para dejar el tema zanjado... Reconoce que sí que no lo ha hecho bien y que ha sido una mierda de fin de semana por su culpa. Pero yo ya estý harta de lexatines y aun así no puedo dormir de los nervios que tengo. Pero él sigue tan fío como cuando me llama vaga o mala madre. Y yo no puedo pegar ojo ni descansar y tengo que levantarme a las seis de la mañana. No mueve un solo dedo por que yo me tranquilice. Me habla desde el otro sofá como si hubiera roto un objeto sin valor que no merecea arreglar. Con total frialdad y sin mostrar el más mínimo cariño por mí. Si se lo comento, me dice en tono de fasticii, ya lo hss conseguido, no sé qué es lo que quieres de mí, qu ete hable con restpeto, luego qu ete muestre cariño.yo soy así de frío y no voy a cambiar...
    Me siento una mierda. Por supuesto que quiero que me hable con respeto y no me humille. pero eso se hace con un jefe o un vecino. Creo que a la persona que amas se le da amor.O no, tal vez haya leído demasiadas novelas y deba acostumbrarme con algo de respeto de vez en cuando. Eso debe ser el amor y yo una estúpida que no entiendo nada.

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  5. Anónimo5:01 p. m.

    Ya no sé que hacer y tengo que irme urgentemente de aquí, dejarlo todo, a él y a mi hija.

    Le he pedido cariño y me hya dicho que no puede darmelo porque siente uqe ha hecho mñal este fin de semana y que eso le impide darme cariño, qué despues de hacerme da
    ño no puede agrazarme. No sé, es un castigo o algo así. pero yo necesito amor y cariño prque tambien forma parte del respeto. y para remate mi hija no quire dormir conmigo, sólo con él... Que hago aquí, que pinto aquí. No puedo más no quiero vivir así. Si las cosas están normal no hay cariño, si me falta al respeto, no hay cariñi; si reconoce que me ha faltado al respeto no hay cariño,; si lo busco en mi hija, no ñhay cariño Tan miserable soy...Lo mejor será que me marche y fque los deje a ellos vivir perque esto para mí no es vida. No puedo segúr sufriendo así y viendo que poco a poco mi hija piensa de mí lo mismo que él. es horrible notar que tu hija prefiere estar con el m¡hombre que te humilla y te hace sufriir, y solo tiene dieciseis meses cuando tenga dieciseis años me odiará como él., y solo pennsarlo me vuelvo loca. Si sigo así voy aperderlo todod aunque lo cierto es que ya lo he hecho, verdad?

    Cuando su pade me insultó delante de él y dijo que ojala no estuviera con su hijo, que ya no quería saber más de me ni de mi hija, él tuvo que irse un tiempo fuesa de casa porque se sentía faltal por la discusión con su padre, aunque en ningún momento me defendió. Ahora que me ha hecho daño, tampoco puede darme cariño prque me ha hecho daño. no sé, o yo estoy loca y entiendo las relaciones alreves o no sé. Pero da igual, el está durmiendo con mi hija, yo estoy sola sin poder dormir a pesar de las pastillas y sólo quiero morir. Por qué será todo tan difícil.

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  6. Querida Anónimo:

    No des por perdida la actitud de tu hija siendo tan pequeña. Las personas evolucionamos tanto a lo largo de nuestra vida, que uno no puede extrapolar con tan pocos años de vida lo que ocurrirá dentro de veinte años. Distinto, bastante distinto, es el de la persona adulta. Es más difícil, casi imposible diría yo, que ésta cambie, por lo que si tu presente es infeliz con tu pareja, es difícil que cambie y, entonces quizá sea mejor poner tierra y tratar de ser feliz de otra forma.

    No te preocupes por el cariño. Cada uno necesitamos un tipo de amor diferente y estoy segura de que has amado y has dado todo el cariño que has podido.

    No más pastillas, amiga anónima. Hay otro camino. Consiste en llenar la vida con nuestros sueños. ¿Por qué no buscar esos sueños que hemos dejado atrás y tratar de cumplirlos? ¡Inténtalo! La búsqueda de tus sueños seguramente te llevará a una vida más libre.

    No te sientas mal por tu hija. Los niños buscan cobijo y a veces encuentran manipulación, pero aún así no dejan de buscar cobijo, así que no pierdas nunca la esperanza aunque aparentemente creas que la has perdido.

    Ten en cuenta de que somos lo que nuestro sistema de creencias nos ha perfilado. Los sistemas de creencias pueden modificarse por lo que te ruego que intentes dejar de creer que tu hija no quiere estar contigo, sólo piensa que están llenando de tristes conclusiones su sistema de creencias. Tú lo puedes modificar, puedes conseguir con paciencia que tu hija crea en ti.

    Intenta preguntarte si eres feliz ahora y, si no lo eres, como creo que escribes en tu correo, entonces intenta definir cómo sería el mundo en el que fueras feliz y cuando lo tengas bien definido, construye todo a tu alrededor enfocado en ese mundo imaginado para que un día, sea realidad.

    Aunque ahora no te parezca posible, te aseguro que lo es.

    ¡Animo, valiente!

    REcuerda que puedes escribirme en anaislibre@gmail.com

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  7. Anónimo11:33 p. m.

    Hola,

    ver para creer. Acaba de suceder un caso de violencia de género más. Este fin de semana, A UNA EMBARAZADA!!!. Los juzgados han dictaminado que no debe haber orden de alejamiento como medida cautelar, el maltratador lo niega todo y va a haber juicio. Los abogados le achacan a la víctima que no ha estado lo suficientemente precisa, que no ha ido desesperada y atacada delos nervios... un montón de reproches para esconder un trabajo jurídico mal hecho. Ante esta situación y a la vista de la aproximación del juicio... ¿es que hay que hacer teatro o ir con los dientes arrancados de los golpes para apreciar un caso de maltrato psicológico y físico? tanats asociaciones de "hay que denunciar" y a la hora de la verdad el maltratado se convierte en punto de mira y reproche ante los tejemanejes maquiavélicos y la defensa jurídica astuta de contrario?

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  8. Tienes razón, no hay que ir con los dientes arrancados. Yo siempre digo que hay una forma muy clara de saber cuándo un denunciado de maltrato lo es de verdad, sólo hay que indagar en su pasado. Los ex suelen hablar con más claridad y acierto y suele suceder que éstos dejan un reguero de víctimas a su paso. Creo que, más que valorar la certeza de la denuncia, el trabajo correspondiente es valorar al denunciado.

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