Con esa costumbre, la de despreciar nuestros propios derechos, estamos facilitando a los demás que los pisen y eso facilita la tarea a los maltratadores. Para colmo, aprendemos a ceder aún más por miedo a las represalias, a que se rompa la magia maravillosa que hay entre tú y tu león cuando no hay broncas. Por conservar la paz negociamos lo innegociable.
Es increíble que para algunas personas es cada vez más fácil ser agresivos. Con los años se vuelven más violentos.... Sin embargo, para otras es cada vez más difícil gritar alto e impedir
la violencia ajena.
Pero ¿cómo frenar esa inercia tan terrible que nos impide ganarnos el respeto ajeno? ¿cómo imponernos de una vez por todas? ¿Cómo exigir que dejen de gritarnos o insultarnos?
¿Cómo cambiar esta inercia?
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Sólo conozco dos formas de conseguirlo y las dos requieren constancia. Una de ellas es el entrenamiento verbal: consiste en crear frases defensivas y decirlas una y otra vez hasta que un día salen automáticas. Frases como: "eso lo puede decir sin gritarme", "no por ser borde conmigo va a conseguir que yo ceda", "si quiere hablarme tendrá que ser de buenas maneras"... frases que, sin agredir, permitan nuestra defensa, es decir, frases asertivas.
La segunda forma consiste en imaginar que topamos con una persona violenta y entonces le contestamos con soltura aquello que en realidad se merece escuchar. Ese ejercicio continuo hace que cuando nos encontremos con una situación real ya estamos entrenados y capacitados para pararle los pies.
Hay que hacer algo. No podemos vivir siempre recibiendo golpes. Es cierto que ser agresivo no es nuestro valor ni nuestro deseo. No tenemos que convertirnos en una gacela mala. Pero sí es nuestra obligación aprender a poner límites a las personas que nos hacen daño.
La segunda forma consiste en imaginar que topamos con una persona violenta y entonces le contestamos con soltura aquello que en realidad se merece escuchar. Ese ejercicio continuo hace que cuando nos encontremos con una situación real ya estamos entrenados y capacitados para pararle los pies.
Hay que hacer algo. No podemos vivir siempre recibiendo golpes. Es cierto que ser agresivo no es nuestro valor ni nuestro deseo. No tenemos que convertirnos en una gacela mala. Pero sí es nuestra obligación aprender a poner límites a las personas que nos hacen daño.
Quiero estar
ResponderEliminarestar despierta
y no estar preocupada
el móvil
el miedo
Quiero sentir
sentir el viento
y no estar preocupada
el viento
la libertad
Quiero desear
desear la libertad
y no estar preocupada
la arena
la tranquilidad
Quiero vivir
vivir mi vida
y ser yo misma
la vida
sin miedo
¡Es bellísimo!
EliminarAveces me siento una gacela mala por que estoy siendo grocera, altanera, amargada, contestandole a mi leon... No se si es maltrato psocologico el que este viendo mi celular y cuestionando todo lo que hago , quiera saber cada paso con lugo de detalles hora exacta tiempo que tarde etc. el dice que exajero que eso no debe molestarme cambien mi manera de vestir, hablar y comportarme por el deje muchas amistades por el no puedo hablar con mis amigas si no esta el y si lo hago el tiene que saber exactamente como y de que empezo la platica, pero es normal asi son todos los matrimonios solo que yo exajero, eso dice el. Ahora el esta intentando detenerme por que yo no se de donde saque fuerzaz para decirle Si no soy quien soy con todas mis amistades y manera de ser , si no puedes con eso ya no quiero estar contigo ya no luchare mas, quiero ser feliz y si mi felicidad esta lejos de ti eso hare. Pero no se si tendre el valor para no ceder mas, es verdad no soy feliz ya estoy vacia mi corazon esta frio mi alma esta vacia, creo que el amor se fue.......
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