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Lo mejor está por llegar

sábado, agosto 06, 2011

Cuando tu león es un monstruo.

Una vez leí en un foro la historia de una gacela cuyo león no era el rey de las palabras: era el rey de los cuchillos y perseguía a su gacela con tanto ahínco que habían pasado años después de la ruptura y aún la buscaba y la amenazaba de muerte. Había estado en la cárcel y había cumplido sus condenas y de nuevo, al salir, buscaba a la gacela, que a su vez se sentía impotente porque, cuando un león cumple su condena, tiene que cometer otro delito para volver a la cárcel pero ¿y si el próximo delito de ese león es irreparable?

Al leer aquel foro, no pude evitar sentirme incapaz de ayudar. Me puse en su lugar y me invadió el pánico. ¿Cómo se intenta vivir feliz si vives amenazado de muerte? Hay leones que son verdaderos monstruos que nos llenan la vida de espanto y miedo y que no nos dejan cerrar capítulos persiguiéndonos, acosándonos e impidiendo encontrar la paz en nuestra nueva vida. A menudo leo noticias de personas que se han presentado en la casa de su sus víctimas y han matado a sus ex y a las nuevas parejas de sus ex no sin antes haberlas invadido de terror y de amenazas.

¿Cómo se sale de ésta pesadilla?

Fuente de la foto
No sabía qué responder porque yo no me había encontrado nunca en esa tesitura tan terrible. No tenía en ese momento palabras que pudieran ser útiles para esa gacela desesperada... hasta que volví a leer de nuevo todo lo que contaba en su historia.

Como siempre, era encantador al principio, luego no le dejaba hablar con nadie, primero la insultaba hasta que un día empezó a pegarle. Ella le dejó y él no se resignó y la persiguió hasta que un día apareció en su casa con un cuchillo. Ella consiguió escapar y llamar a la policía. Le encerró en la cárcel. El salió y volvió a perseguirla y ella consiguió librarse por los pelos de la muerte y le encerraron otra vez. Cuando escribía ese foro, el león monstruoso había cumplido su condena y volvía a aparecer en su vida poniéndola en peligro de nuevo.

Sobrevivió a amenazas, a golpes, al miedo e hizo todo lo posible por proteger su vida... y en ese momento que escribía desesperada, la vida se aferraba a ella con garras y con dientes.

Una vez que leí todo esto, me dí cuenta de que el valor de mis palabras de consuelo sólo podían encontrarse mostrándole, como si yo fuera un espejo, todo lo que ella había conseguido hasta ahora.

¡Había sobrevivido!

Había enfrentado su terrible realidad y había sobrevivido a ella y aunque su vida corriera peligro, aún circulaba sangre por sus venas, aún había posibilidades de encontrar soluciones definitivas, aún podía escapar y hacer una nueva vida. Lo había conseguido hasta ahora. Era libre hasta ese momento. Había peleado y había vencido. Y esa era su realidad visible y palpable. La ley no le protegía ni nadie podía ayudarla porque en algún momento podría estar sola y darle a ese monstruo la oportunidad de que le hiciera daño de nuevo pero estaba protegida por su propia forma de hacer las cosas, por su amor a la vida.

Es importante que entendamos  que incluso en las situaciones más difíciles y aterradoras no estamos del todo indefensos. Tenemos cerebro y tenemos manos y el miedo no nos debe impedir hacer lo que creamos que tenemos que hacer. Hay mujeres que han experimentado estas situaciones en su vida y han logrado escapar de ellas y vivir después de todo. Es nuestro deber vivir la vida pensando en que a pesar de todas las angustias, podemos lograr salir de esto. No importa si contamos con ayuda o no. No importa si estamos más protegid@s o no. No importa si la ley es efectiva o no... bueno todo sí importa, pero importa mucho más que mientras seguimos vivos aún contamos con la posibilidad de vencer esta realidad tan dura y encontrar un remanso de paz una vez superada.

Esa creencia es la que nos debe ayudar a seguir adelante, como lo hacen los soldados en mitad de las guerras sabiendo que viven en un infierno, pesando en la vuelta con sus hijos y sus mujeres mientras cargan con un pesado fusil.


"Querida amiga:

Existen hombres que maltratan a mujeres pero a ti, me parece, no te ha tocado un maltratador. Te ha tocado un psicópta, un tipo enfermo al que, por más años que pasen, sigue acosándote obsesionado por ti. Quizá lo que le gusta es tu miedo.

Normalmente, cuando leo historias de personas que sufren maltrato, no me cuesta nada ponerme en el pellejo de esas personas y tratar de entenderlas pero en tu caso, es muy difícil tratar de entender tu infierno. Yo también me sentiría absolutamente infeliz.

Pero hasta ahora lo has hecho muy bien. Has sido decidida, has puesto solución a tu vida. Denunciaste, afrontaste, asumiste, saliste adelante. Hasta ahora has enfrentado todo y has vencido. Lo lograrás. lograrás dejar de ser vulnerable.

Supongo que llevas contigo algo para defenderte. Yo al menos intentaría llevar algo que pudiera manejar con soltura, además de recibir clases de defensa personal. Una vez me dijo un policía que si alguien te ataca, lo mejor es ir a los puntos vitales: ojos, cuello...

Sí, ya lo sé, es muy duro hablar de esto, pero es la única forma de afrontarlo. No vivas vulnerable. Enfrenta tu miedo. Es el momento de pasar a otro estadio de tu vida: fuiste fuerte mentalmente. Ahora sé fuerte físicamente.

¡Decídete a no ser vulnerable!"



¡Decidamos dejar de ser ser vulnerables!

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