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Lo mejor está por llegar

sábado, octubre 01, 2011

¿Me quiere?

Fuente de la foto
Esta es la gran pregunta. Nuestro león nos dice que nos quiere pero hace cosas que duelen tanto... y ¿cómo es posible que alguien que nos quiera nos haga tanto daño? Muy desacertadamente dicen que "quien te quiere te hará llorar". Yo desterraría este refran al país del olvido. Quien nos hace llorar son aquellos que no nos quieren y nos tratan con la punta del pie pero, quien nos quiere debería al menos esforzarse para no hacernos daño.

No somos de piedra, vamos por la vida con el corazón al descubierto y sin querer, incluso con la simple omisión, alguien puede hacernos daño. Quizá por ese motivo podrías pensar que tu león te hace daño sin intención pero que en el fondo te quiere. He ahí la gran trampa, la que te tiene atrapad@ en un mar de dudas. Si te quiere ¿por qué te hace tanto daño? y si no te quiere ¿por qué te habla a veces con una sinceridad pasmosa y se derrumba llorando implorándote tu amor?

La forma en que te hiere, además, no es la misma como lo hacen otras personas que te quieren. Esos otros te pueden herir sin pretenderlo, por decir o hacer algo que desconocen que te duele... pero tu león mete el dedo en las heridas a propósito, con la clara intención de hacer daño. Conoce todas tus llagas instintivamente y se dirige a ellas sin vacilaciones.

Este es el momento más adecuado para analizar nuestra propia forma de querer a los demás. Cuando yo quiero, deseo a todas horas estar con la persona querida, en eso coincidimos con los leones... pero si la otra persona tiene que relacionarse con otras personas o estar ausente por algún motivo, lo respeto. Cuando yo quiero, me gusta la persona amada tal y como es, con sus aficciones, con su familia, sus amigos, no pretendo cambiar nada en la otra persona, me suele parecer perfecta y no necesita hacer un cambio en su vida. En todo caso podemos intentar ver si su vida encaja con la nuestra pero no torcemos su curso a nuestro antojo.

Cuando queremos... cuando yo quiero, al menos, procuro no hacer daño jamás. Incluso si tropiezo y le piso, sin querer, un pie por torpeza o si, por despiste, he hecho algo que creo que le puede molestar, me preocupo y me disculpo. Cuando quiero, jamás levanto la mano y por supuesto, jamás insulto con el fin de herir. Hay límites que jamás rebaso. Jamás se me ocurre convertir en motivo de humillación el defecto de la persona amada. Muy por el contrario, cuido de resaltar sus cosas buenas y llevarlas al altar que se merece. Lo hago incluso con los amigos e incluso hay licencias que los leones se permiten con las gacelas amadas que yo jamás me permitiría con las personas que me caen mal.  Cuando quiero, perdono hasta el infinito. Puedo hacer reproches, porque no soy una santa estoica, pero respentando siempre ciertas normas de mi conciencia. No grito. No insulto. Cuando yo quiero, siempre vuelco lo mejor de mí y retengo lo peor.

Haz lo mismo, gacela. Analiza la forma en que quieres y te darás cuenta de la gran diferencia. A veces, pensamos que lo que nosotros sentimos no es objetivo. Es lógico pensarlo. Muchos nos lo dicen. Vemos una película lacrimógena y unos se derraman en lágrimas y otros piensan que es una mierda de película. Ante una película de miedo, hay personas que sienten verdadero miedo y hay otras personas que se ríen, quizá para hacerse los valientes. Hay personas que no pueden ver escenas de extrema violencia y hay otras que, movidas por el morbo, no pierden ni un detalle.  Entonces, si nosotros amamos de una forma que no se parece en nada a la forma en que lo hace nuestro león ¿podemos decir que nuestro león nos quiere? Por el hecho de entender los sentimientos de forma individualmente diferente, podrías pensar que lo que tú crees que es amor no es lo mismo que lo que tu león entiende por amor y que, por tanto, la respuesta sobre si te quiere es afirmativa. Te quedas con el pétalo del sí.

Hagamos más básica nuestra pregunta.


¿Nuestro león siente?

¿Siente amor cuando dice que ama? ¿Siente arrepentimiento, cuando dice que está arrepentido?  Es muy probable que lo que él llame "amor verdadero" sólo se trate de un fuerte sentimiento posesivo y de dependencia que lleve a las gacelas a la conclusión, lógica por otra parte, de que son queridas pero de una forma más... ¿"Pasional"?

Nadie está exento de sentimientos. Dicen que sólo los psicópatas lo están. Si podemos diferenciar a un psicópata de nuestro león, quizá entonces podemos decir que sí, que nuestro león siente las cosas buenas que dice pero también siente las malas que vemos en él: siente celos, siente odio, siente rabia, siente desprecio... no es un psicópata pero sus sentimientos hacen daño.

Si necesitas saber si tu león te quiere, no dudes en que lo hace, te quiere...  a la vez que te desprecia, no dudes de los sentimientos negativos tampoco,  y por eso, ese tipo de amor no te sirve para nada.

El que te quiera no es una información relevante para ti.

Normalmente las gacelas necesitan saber si el león las quiere porque de esta manera creen que pueden tomar una decisión sobre si permanecer en el infierno o huir, sobre si dar otra oportunidad o dejar de una vez por todas la relación.

El planteamiento, simplemente, es erróneo.

En realidad, lo que debemos preguntarnos no es si nos quiere nuestro león, sino si nosotros queremos seguir sufriendo. El que alguien nos quiera no nos obliga a quererlo. Lo habrás sentido alguna vez, seguro. Alguna vez alguien se habrá enamorado de ti y tú no has podido corresponderle porque no sientes lo mismo. Esta situación no se diferencia. Nuestro león nos quiere, pero de forma dañina, y esa forma de querer no justifica nunca que tengamos que aguantar el sufrimiento. No debe ser el motivo por el que permanecer a su lado.

Da igual las oportunidades que le des a tu león. Siempre te va a "querer" de la misma manera, metiendo el dedo en tus llagas, creyéndose poseedor de tu libertad y tu identidad, y cuando te veas fuerte para huir de él, entonces siempre va a sentir arrepentimiento y te llevará tu ramo de flores y te mantendrá siempre deshojando margaritas hasta el cansancio.

Al final, no resuelves la gran duda, te lo digo por experiencia. Cuando rompí con mi león, ví que había comprado un libro que se titulaba "Amar sin sufrir" y me indignó el título. Aquel libro se debería haber titulado "Amar sin hacer sufrir"... pero el caso es que lo vi por casualidad, recogiendo mis cosas... y me preguntaba si no había sido colocado en un lugar estratégico para que viera que me quería y que estaba sufriendo o si, por el contrario era cierto que sufría de amor... daba igual. Eran muchos años de dolor lo que dejaba atrás. Daba igual si su amor era verdadero o no. Daba igual si sentía o era un psicópata. El caso es que mi sufrimiento había sido tan extremo que hoy, después de años de haberme alejado del león, aún cargo con heridas abiertas.

Da igual si es amor o no es amor. El caso es que nadie se merece ser tratado a palos con la excusa del amor. Es la forma con la que más daño se hace, porque si alguien te odia limpiamente, sabes lo que tienes sentir hacia esa persona, sabes que es un enemigo. Pero si alguien dice amarte y te trata mal, tu verdadero infierno es la duda.

No ames ese amor. Hay muchas personas del sexo contrario que entiende el amor como lo entiendes tú.
No te conformes con sufrir.

2 comentarios:

  1. Anónimo3:55 a. m.

    Dios mío!!!! ¿tu lees mi mente??? Te juro que incluso me he planteado si era un psicópata (por su frialdad conmigo cuando estaba enfadado), es cierto, nos planteamos cosas que no nos ayudan porque realmente da igual.......simplemente sufres.. y con eso es suficiente para dejar una relación..... Un abrazo!!!!

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  2. ¡Animo amiga! ¡Saldremos de ésta!

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