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Lo mejor está por llegar

martes, noviembre 01, 2011

Reacciones ilógicas

fuente de la foto
Le tengo aversión a las cucarachas con tanto ahínco que ni siquiera he podido buscar una fotografía de esos animales de exoesqueleto crujiente para poder añadir a este artículo y esta fobia me va a servir para poder explicarte la lógica de los leones. Todos los momentos en los que yo he topado concucarachas han sido miserables y desagradables pero especialmente en dos ocasiones:

En una de esas ocasiones, yo vivía en una casa de una forma muy pobre. Tenía vecinos desahuciados por las miserias de la vida: una drogadicta en el bajo, una mujer que se moría enferma de cáncer sin conocer la enfermedad, en el segundo y una retrasada mental en el primero a la que visitaba un loco que gritaba en la ventana para insultarla. En medio de esa vorágine, las cucarachas campaban a su aire para recordarme que no era idílico el lugar donde vivía... y decidí marcharme.

En la segunda ocasión en que las cucarachas invadieron mi vida,  vivía con el león del que ya he hablado en esta blog. En el comienzo de nuestra relación, nos fuimos a vivir a un sitio acuciado por una plaga de cucharachas y todos los días tenía que andar matándolas mientras el león mataba mi esperanza con sus gritos y con sus eternas discusiones.

Después de esto, mi cerebro asoció la presencia de las cucarachas a malos ambientes, a momentos de tristeza y empecé a considerarlos animales de mal augurio. Si durante el tiempo en que mi casa estaba invadida de cucarachas, yo hubiera sido feliz, o me hubiera tocado la lotería, quizá las consideraría animales de buena suerte pero como no ha sido así, esos coleópteros frustrados, me dan tan mala espina que cuando veo una me invade el pánico. Sé perfectamente que es ilógico... pero el caso es que así sucede.

Además, todas las veces que han aparecido cucarachas en mi vida han venido a reforzar la idea de que atraen la mala suerte.

Una vez leí un libro que recomiendo fervientemente a las personas que estén interesadas en conocer algo más sobre el funcionamiento de la violencia. El libro se titula "Asesinos en Serie" y está escrito por Robert, K. Ressler (quien formó parte del equipo que inició la unidad de conducta del FBI) y no tiene desperdicio. En uno de sus capítulos, el autor narra una entrevista que le hizo a un asesino que estaba enfermo, era esquizofrénico y este le contaba que las cosas no iban bien cuando había restos de jabón en la jabonera. No me acuerdo muy bien qué extraña asociación hacía, porque lo leí hace bastante tiempo, pero creo que pensaba que el diablo le invitabaa matar en aquellas ocasiones. Ilógico ¿verdad?

Seguro que los psiquiatras y los psicólogos saben más de ésto pero yo creo que el cerebro hace conexiones erróneas cuando sufrimos. Trata de buscar lógicas a acontecimientos en nuestra vida que no tienen lógica y entonces crea leyes ilógicas, como que las cosas no van bien si hay jabón en la jabonera o que las cucarachas son animales de mal agüero. Si uno es más o menos equilibrado podrá observar con objetividad estas leyes aunque las haya creado pero si uno no tiene equilibrio en su vida o está enfermo, seguramente estas leyes pueden llegar a extremos que hagan insoportable la convivencia, como es el caso que contaba Ressler del asesino esquizofrénico. 

Por cierto, que cuenta en el libro un dato, además, interesantísimo para el caso que nos ocupa. Dice que se hizo un estudio sobre todos los asesinos en serie para elaborar patrones y quede entre ellos no había un perfir diferenciador. Algunos eran enfermos mentales, otros no, no había tampoco un dato estadístico que diferenciara a los asesinos en serie por su estatus, la clase social, el nivel culturalo económico, grado de inteligencia... nada podía agruparlos salvo un sólo aspecto que a mí me puso la piel de gallina cuando leí que afectaba al cien por cien de los asesinos en serie: todos, absolutamente todos, habían sido en su infancia, gacelas. Todos tenían leones por progenitores o tutores. Absolutamente todos.  Así que si algún día dudas sobre si seguir o no con tu león, piensa siempre en el futuro de tus pequeñas gacelas si no puedes pensar en ti.

Volviendo a las razones ilógicas, de la misma forma en que no existe una razón que explique una aversión irracional, salvo esa conexión errática del pasado que no responde a más lógicas que las de un cerebro que necesita motivos para resistir el sufrimiento, ocurre que tu león tiene comportamientos ilógicos que responden sólo a su mecanismo interior y que no podrás comprender ni mucho menos intentar controlar.

Por eso sus enfados son siempre sorprendentes y por eso tú vives siempre con miedo, porque no hay nada en tu comportamiento que pueda evitar su ira y por eso siempre te sientes infeliz... porque si dependiera de ti, si tú pudieras hacer algo para evitar que se enfadara, ya lo habrías hecho hace mucho tiempo y vivirías en paz pero el caso es que no puedes hacer nada.... salvo huir.

¡Huye!

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