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Lo mejor está por llegar

miércoles, febrero 16, 2011

Por supuesto que hay salida. Siempre hay salida.

fuente de la foto

A veces las historias de una persona que sufre la violencia de alguien al que ama o ha amado, son terribles. Viven en la amenaza continua. Les llegan las palizas sin motivo ninguno. Son personas perseguidas y amenazadas. Viven en peligro continuo y sufren por sus familiares porque también viven en peligro. Han perdido todas las esperanzas de tener una vida libre porque no pueden hacer nada sin que su pareja se enfade continuamente. No encuentran salida.

Yo me topé por primera vez con esa barrera psicológica las primeras veces que leí en foros de maltrato historias terribles que sumían a las gacelas en despresiones profundas y esto las paralizaba.

Las asociaciones contra el "estado de fuga" y la sociedad en general, les dice continuamente a estas mujeres que la denuncia es la salida. Yo me pongo en su lugar y me imagino que estoy denunciando a mi león. Tengo hijos, me pegan a diario, me siento inútil, no tengo dinero ni un trabajo ni nadie a quien pedir ayuda porque mi león se ha encargado de que no haya nadie que pueda ayudarme. Si denuncio a mi pareja, hasta que se celebre el juicio, quizá tenga que compartir techo con un león cabreado y lo más seguro es que no tenga dinero para pagar los recibos y para comprar alimentos para mis hijos. Además, si existe el mínimo riesgo de que lo suelten, vendrá a por mí y encima estoy confundida porque no sé si amo u odio a mi león. Yo no sé otros, pero yo me moriría de miedo.

Es verdad que la denuncia es un paso hacia la libertad pero no hay tanta garantía de que sea la libertad en sí misma. Esta sociedad acompaña a las gacelas a medias. Quiere que denuncien pero sin garantizarles la seguridad. A veces les proporciona casas pero no les proporcionan lo más importante: seguridad en sí mismas. Y no sólo eso: esta sociedad quiere salvar sólo a las mujeres que sufren violencia por parte de sus maridos. Si la víctima es hombre nadie les ayuda y si el maltratador no es el marido sino los padres u otra persona, tampoco son ayudadas aunque sean mujeres.


Esta sociedad exige a las gacelas que sean heroínas a cambio de nada. Estamos bien lejos de tener una sociedad que se preocupa por el sufrimiento de las personas. Pero tampoco hay que tirar la toalla, esperemos que con el tiempo nos demos cuenta de nuestras deficiencias. Al menos ahora hay protecciones que antes no había... pero de eso hablaremos en otra ocasión.


Volviendo a lo que nos ocupa, cuando una gacela se encuentra en una situación terrible y su león la tiene amenazada y no tiene adonde ir ni a quién pedir ayuda porque no puede salir a la calle ni puede hablar con nadie, so pena de recibir una paliza, ¿nos conformamos? ¡No, gacela! ¡No nos conformamos!


¡Hay salida! ¡Siempre hay salida!

La salida la vamos a encontrar si hacemos lo siguiente:

1. Creer que hay salida. Si creemos estamos más cerca de ella porque nos preocuparemos por buscarla.

2. Creernos capaces de encontrar la salida. Tu león puede pegarte y asustarte pero quien decide cuánto de fuerte vas a ser, eres tú. Nadie decide por ti, ni siquiera tu león.

3. Evaluar las posibilidades: analiza qué tienes a tu favor (tu familia, tus habilidades, amigos a los que podrías pedirle ayuda...).

4. Evaluar los puntos débiles de tu león: si se emborracha, entonces tiene resacas. Los leones duermen, no te olvides.

5. DESOBEDECER silenciosamente. Haz todo lo que te pueda ayudar sin que tu león pueda enterarse (busca una fuente de financiación, esconde dinero, busca un lugar donde estar cuando te fugues, ten tu maleta preparada tal y como te recomiento en el post "Tu Kit de fuga" ).


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6. Preparar un plan para huir: diséñalo, piensa en él, dedícale todo el tiempo de angustia que has dedicado a pensar en tu problema, inviértelo en pensar en tu solución. Piensa en todos los detalles: dinero, trabajo, casa, hijos... Una vez que hayas analizado todas las posibilidades y los puntos débiles de tu león, tendrás más claro cómo realizar tu plan de fuga. Repítelo millones de veces en tu cabeza hasta que puedas memorizarlo. Cuando lo tengas, sólo tendrás que aguardar la oportunidad para llevarlo a cabo. Procura, si es posible, que encuentres un sitio seguro lejos de tu león una vez que ejecutes tu plan para que no tengas que vivir con miedo después. ¿Te acuerdas de la serie "El equipo A"? Diseña un plan tan eficaz que cuando lo hayas ejecutado puedas decir aquello de "me encanta que los planes salgan bien".
7. Una vez que estés segur@, que hayas ejecutado tu plan y que te garantices que no habrá represalias, DENUNCIA. Es importante que lo hagas para evitar que otra gacela se enamore de tu león y sufra lo mismo que tú o al menos que sepa que ha sido denunciado por maltrato.

¡Busca tu salida! ¡Puedes hacerlo!


Descripción del libro en la web de la Casa del libro: 

"Vincular en una sola frase amor y violencia parece una incoherencia, una realidad imposible. Necesitamos creer que el amor nos mantiene a salvo de la violencia, que alguien que ama de verdad no puede dañar a quien ama, pero no siempre es así. Hemos de entender que es un concepto idealizado y falso del afecto. En el afecto también puede haber manipulación, engaño y daño. Hay afectos que dañan, que destruyen sin dejar de ser afectos.

En la mayoría de los casos de maltrato intrafamiliar o en el entorno cercano, para la persona violenta -sea adulto o menor de edad- y para la víctima, hay una relación afectiva, y nos equivocamos si tomamos como cinismo la afirmación de ese cariño. En el ámbito de la violencia una división de ?buenos? y ?malos?, de ?enfermos? y ?sanos?, no responde a la realidad que nos vemos obligados a afrontar.

En la violencia intrafamiliar o en el entorno cercano, cualquier intervención terapéutica con las víctimas de violencia y con sus agresores, sean quienes sean, requiere un trabajo a largo plazo sobre sus modelos afectivos, sobre su forma de relacionarse afectivamente con los demás. No se trata en ningún momento de justificar o eximir de la responsabilidad de la agresión, sino de posibilitar elementos que contribuyan a mejorar nuestra intervención."

2 comentarios:

  1. Hola Ana

    Me parece encomiable tu tarea de blog.
    No estoy muy de acuerdo con la caracterización de león-gacela; pues la vida de estos animales ya nos dan una pauta de que en realidad somos leonas; pues en una manada, es la leona la que caza y trae el plato a la mesa; y el león se sirve. Y si quiere otra leona, bueno, tiene dos, y si la leona que quiere está 'indispuesta' a causa de las crías, pues mata a las crías...

    Ojala y todo sea tan simple de analizar y de solucionar.

    Y, recuerda, las DENUNCIAS no siempre previenen a otras gacelas...
    lo tengo comprobado... ¡es increíble!: las gacelas advertidas, prefieren creer la versión del león, antes que el de la perdedora gacela, y muy especialmente si ella 'se queda' al león... =)
    Es más, se alía al león para tratar de destruir aún más a la gacela 'liberada o repudiada'; o sea, se suma al maltrato, acosando colosalmente.
    Para mí, también el blog fue una suerte de catrsis para librarme del león, y si te fijas en los primeros post, verás a una María C... que es la nueva poseedora del león, con una actitud veleidosa de triunfo!!...
    Ya ha pasado el tiempo desde entonces, y ahora que se da cuenta de todo lo que le tenía advertido, por lo menos trata de ignorarme, y seguramente, está como estuve yo, lamiendo sus heridad invisibles a los demás; tratando de proteger a sus cachorros que todavía están al alcance del león... y su economía!!!

    Elegí este blog, de entre los que tienes porque lo citas en Segunda Cita.

    Saludos fraternos desde Asunción, Paraguay

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  2. Anónimo10:43 a. m.

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